sábado, noviembre 27, 2004

Un consejo de color marrón

Una criatura piensa y una criatura desea
Poder descriaturizarse mas rápidamente de lo que camina
Porque en el fondo de las células, todos tenemos una antigua formula
Que necesita tiempo y luz para cocinarse

Y las neuronas conspiran cuando uno se duerme de noche
Y si bien uno es una criatura
Los conspiradores viejos han sido y viejos son
No trates de escapara quemandote las dudas con el sol

Amadeus sin luz

Enredándome en los cabellos de mi furia oscura
Golpeando la pared con mis gritos arruinados
Que dulce gusto las cuerdas vocales rompiéndose
Que predecible cuadro en blanco y negro

La última vela se roba la poca luz que queda
Y el frío retrata mi alma en mi aliento
Los libros yacen rotos entre sangre mezclada
Y las copas fueron todas vaciadas por mí

Trato de ignorar la ventana cerrada
Mientras las ráfagas de viento nocturno deforman mi nombre
Esto no es una balada de angustia
Solo una escena sexual con mi propia oscuridad

Mi Aterciopelada Perdición

Dibujando círculos en la fiesta,
Esperando sin quererlo,
Algo que robe mi atención.
Conciente sin saberlo,
De que mi deseo tendría una realización
Tan rápida como asfixiante
Buscando a través de la genial ilusión
Para descubrir mi camino hacia la perdición

Vestida en estrellas y oscuridad
En un baile sobre la luna
¿Por qué el súbito silencio?
Siento que alguien esta entrando
El lobo gris que yace detrás de las estrellas,
Ella tomó prestada su ropa esta noche.
Ella me atrae y me rechaza con diversión
Acabo de ver a mi aterciopelada perdición

Seda y armaduras romanas
Bailando entre sombras de fuego
Estoy caminando hacia ella,
Y ella se está comiendo mi mente.
Estoy ardiendo en mi fría arena
No puedo contener una confesión
Ella es mi aterciopelada perdición

Por favor alguien agarre mis piernas
Por favor alguien detenga mi corazón
Antes de que pierda el control de mi barco
Siento que siempre supe que esto iba a pasar
La noche comienza a parecerse a una canción
Ella es mi aterciopelada perdición

Hielo derretido entre sus dedos
Fuego volando entre sus besos
Ya estoy bailando incluso antes de llegar,
La música tanto en mi boca como en mis oídos
Entre su ropa yo perdí la razón
Ella era mi aterciopelada perdición

viernes, noviembre 19, 2004

Cuatro ángeles miran hacia abajo a través de un caledoscopio

I
El espacio entre la noche y el día es la tregua de una guerra
El momento anterior al orgasmo es la perdición del espíritu
Al tiempo que la pluma se posa sobre el papel
Un ejercito de fantasmas épicos se congregan para lograr que su voz sea oída.
Paz. La paz tan ansiada y tan querida, oculta en un laberinto construido desde antes del tiempo.
Tantos espejos, tantas conclusiones. Devociones y traiciones.
Legiones contra falanges, la sangre parece ser la razón
¿Y no somos rojos acaso? ¿No es nuestro color el del ocaso?
El vientre no era oscuro, sino sangriento
Flechas que mutan en el aire en balas.
La muerte tan deseada define la suerte ajena, nunca la propia.
Pido perdón por haber deseado tan secretamente los dramas y tragedias.

II
Resignarse a elegir, la izquierda, la derecha o la glándula pineal.
Lo mental, lo espiritual o lo carnal.
En el fondo solo queremos saborear
El gran banquete antes de que nos alcance el final
Una gran orgía sin moral, como un camino que termina en lo opuesto de su principio
La confusión es una droga oriental.

III
La lluvia atrae al lobo
Los tambores contra las cuevas, al ritmo de los rayos
Los ojos aguantan el embate del viento, deseando y esperando
Captar a algún dios desprotegido, plantando vida entre la llovizna y el barro
El fuego debajo de una piedra, protegido del agua
Invita al rey amnésico perdido, herido por la espada del hijo

IV
Nos encontraremos en algún lugar
En la orilla de un congelado y olvidado mar
Enemigos desde el génesis, amantes hasta el final
En la clara luz que antecede al amanecer, en este paisaje polar
Ocultas hasta el momento acordado, las espadas salen a respirar
El duelo tan esperado, finalmente duele tanto al llegar
El tiempo del último desahogo, la acción definitiva, con el derecho negado a escapar
La voluntad mantiene la resolución, y las sombras proyectadas convierten el encuentro en una balada inmortal

Sueño de una noche de primavera

Estaban todos en la terraza con sus vasos de cerveza. Los seis que no tomaron lo suficiente para quedar inconscientes, a diferencia de los otros tres que quedaron. La fiesta terminó hace un rato. Nada drástico, ni dramático, simplemente pasado el climax de alcohol y energía, las mujeres empezaron a irse. Y los demás amigos, sin ningún blanco para disparar sus dardos, se decidieron a escapara hacia sus camas, aquellos que podían hacerlo, dejando una casa sucia, con olor a botellas vacías, y una canción de madrugada sonando en el equipo de música.
Los seis miraban las estrellas, tomando muy poco de la cerveza de los vasos. Repasaban en silencio la noche, victorias y errores, bailes y caídas, botellas y nombres de chicas.
-Dios, el cosmos, el hombre y lo infinito- dijo uno, el más loco y más oscuro.
Las palabras flotaron en el silencio, magnificando la blasfemia. ¿Qué tenían que ver esas palabras, esas cosas, con la noche que había pasado? ¿Cómo se atrevía a romper el hechizo de la bella simplicidad de recordar sin pensar?
-El culo de María. -respondió el más gracioso y más desconcertado.
-Justamente eso. Un culo, cósmico e infinito. Pero, ¿para que pensar en solo un culo cuando pienso en una mujer y tengo más, un mejor paisaje, más completo, una mayor deidad. -opinó el primero, loco y oscuro, sonriendo y mirando hacia el cielo con ojos perdidos.
-¿Qué estas diciendo? Callate de una vez. -gruñó el más enojado y más asustado-¿Qué son esas palabras cualquiera que estas inventando?
El primero, loco y oscuro, no sacó su vista del cielo.
-Palabras, palabras viejas y bellas. Palabras que vuelan por ahí y palabras que están en mi. Todo es una palabra, vos sos una palabra, y no queres reconocerlo. Hablar es cantar las palabras, pensar es atesorar las palabras, soñar es rendirse a las palabras, cojer es unir muchas palabras, morir es el silencio de las palabras. El más falso y más lastimado dejó escapar una carcajada nerviosa, tratando de burlarse sin poder hacerlo.
-Todo es infinito y complejo. Nosotros simplificamos todo para correr más rápido. Somos dioses humanos, cada uno de nosotros, tan llenos de defectos. Estamos viviendo hasta que llegue la muerte y no nos damos cuenta. Evitamos hablar de eso. Evitamos pensar.
-¿Quién quiere pensar en muerte ahora? -pregunto el más confiado y más cobarde.
-¿Qué importa? Estamos vivos, bajo las estrellas, podemos hablar de cualquier cosa. No somos distintos, aunque tampoco hermanos, no somos islas ni tampoco castillos. En este momento somos dioses, cósmicos, humanos e infinitos.
-No tengo ganas de pensar ni de hablar, eso lo arruina todo. No molestes con hacernos pensar ahora. Estamos disfrutando. Llevate todas tus palabras y letras y busca a alguien que le importe- sentenció el más admirado y más equivocado.
Todos entonces sonrieron satisfechos, dando la bienvenida al silencio, que esperaban esta vez no se rompiera de nuevo.
El primero, loco y oscuro, suspiró. Cerró los ojos. Otra vez al mismo lugar. Tantos círculos que parecían caminos sin salida.
Dijo: -Bueno amigos, yo elijo mi camino.
Se acercó al borde de la terraza, convencido de su nueva resolución, y saltó.
-¡No! -gritaron los otros cinco al mismo tiempo.
Se asomaron a ver la caída, a admirar el desenlace, la muerte de aquel perturbador tan querido, pero entonces vieron asombrados que el primero, loco y oscuro, estaba alejándose apaciblemente, caminando por el aire, sin mirar atrás.

viernes, noviembre 12, 2004

Bajo el Sol

“Bueno, nunca me había dado cuenta de esto. Perdón, lamento llegar tarde pero mi cerebro esta muy perdido últimamente”, se disculpó Ezequiel mientras entraba rápidamente al cuarto, con una expresión de estúpido desconcierto en la cara.
“Esto del sol y los dioses me esta enterrando”, confesó, demostrando en su cara el visible esfuerzo que le implicaba pensar.
“Entiendo que usted, siendo El Otro, no ha de verse afectado por estas insignificancias. Pero debo decirle, yo estoy desconcertado. Veo las cosas con diferentes ojos ahora. Nada volverá a ser lo mismo para mí, nada. Nunca podré ser un hombre normal de nuevo, este conocimiento me ha puesto en un solitario lugar por sobre de la gente promedio. Castigo y bendición...” Ezequiel continuaba murmurando sus pensamientos, con mirada perdida, como si estuviera organizando las distintas hojas de un discurso.
El otro, El Otro, estaba sentado en un rincón oscuro, sosteniendo un vaso lleno de una bebida dorada.
“¿Quién lo hubiera pensado? Sabe, creo que no podré continuar con esto. Ya nada tiene sentido, esto es tan mundano, tan mediocre. No, después de lo que he pasado, no puedo continuar como si nada, no puedo volver y retroceder espacios. Debo cambiar, debo adaptarme a mi nuevo ser”, Ezequiel se mostró decidido, seguro por primera vez desde que entro en el cuarto. Se quedo mirando fijo un punto en el suelo, murmurando silenciosamente.
“¿Quién le dijo que soy El Otro?”, preguntó El Otro con voz calmada y confiada.
Ezequiel le dirigió la primera mirada. Sus pensamientos volvieron al cuarto, con dificultad.
“Bueno pues, usted no es Yo. Usted no estuvo ahí, ni lo vio. Usted no lo experimentó. Tristemente, usted no comprendería. Es El Otro, el que quedo atrás, el ciego. Obviamente esto solo en comparación a mi, por favor no se ofenda. Yo aún estoy tratando de comprenderlo todo.”
El Otro se llevó el vaso a la boca y bebió todo el contenido de un trago. Se tomó unos segundos para disfrutar del fresco sabor.
“Si usted hubiera visto lo que yo vi. Si hubiera visto la Revelación. Oh, el sol, los dioses. Fue todo tan grande. Bueno, si usted hubiera visto, sabría. Y podría ser Uno de los Que Son. Yo pensaba que estas cosas no pasaban. Yo estaba tan seguro en mi mundo lógico racional. Ahora veo que estaba equivocado, que estúpido de mi parte. La confianza en lo mundano es la peor ignorancia, ahora lo veo. Pero todo va a cambiar, sí.”
Ezequiel sonrió. Le gustaba su última conclusión. Iba a cumplirla, iba a cambiar, aceptar su nuevo rol.
“De ahora en más seré un ser mucho más espiritual, más abierto, más sensible y receptivo. Después de todo soy El Que Vio. He subido un nivel, y nunca caminare por el barro de nuevo. Es más, empezaré ahora mismo. Lo siento señor, pero no puedo continuar, debo cancelar todo ahora mismo, le pido disculpas, pero debo irme cuanto antes. Soy un nuevo hombre, con una nueva vida.”
El Otro se rió, apoyo el vaso vacío en la mesa.
“Ahí se equivoca mi amigo. Y yo no soy el otro.”
Aquel que no era El Otro se quitó su escudo de sombras, se levantó y se acercó a Ezequiel. Era aún una sombra, una sombra muy real, afilada y espesa.
“No comprendo...” comenzó Ezequiel.
“Amigo, yo solo cumplo mi trabajo, mi destino. Usted murió hace unos quince minutos. Un auto lo atropelló y lo hizo volar unos veinte metros. Aterrizó y se destrozó. Expiró mirando a ese sol que tanto adora, quemándose las pupilas, y delirando con dioses.”
Los ojos y la boca de Ezequiel se expandieron a más no poder.
“¿Y usted? ¿Usted quién es?”
“Yo no soy, yo hago. Mi trabajo es llevármelo al agujero negro. Vamos, estamos retrasados.”

Una Nueva Misión

La lamparita se quemó. Pobre polillas y demases bichitos, pensó Job. Así se iba su único propósito de la noche, aunque supuso que siempre les quedaba la satisfactoria tarea de lanzarse contra su cuerpo solo para molestarlo.
La única semi luz electrónica que trataba patéticamente de atraer atención era el pequeño punto rojo que señalaba la existencia del equipo de música. Un signo de exclamación incompleto, que exclamaba atención.
Job se levanto dulcemente de su cama, y en dos pasos se encontró frente al equipo. Largos amigos por largos años. Job sabía exactamente la combinación para hacer aparecer la música. No le hacia falta luz alguna. Un par de movimientos cuasi mágicos fueron acompañados por el sonido del disco girando. Una voz salió de algún lugar de la oscuridad, implorando muerte a los hippies. Muy buena idea, pensó Job. Sería linda verla aplicada.
Job volvió con dulzura hacia su cama, esta vez le tomo cuatro pasos, pero esos dos extras fueron más bien movimientos de baile invocados por la música. Job se acostó de nuevo en su cama.
Afuera la tormenta empeoraba. O mejor dicho se volvía mas ruidosa. Los truenos subían su volumen, tratando de sentirse importantes, tratando de pasar por encima de la música, considerando esta última como un insulto hacia ellos. Los rayos comenzaron a iluminar la pieza de a flashes fotográficos. Tan sucesivos que de a momentos le hacían recordar a Job a sus noches infinitas de boliches. Esa luz que detenía el tiempo, tan terrorífica si se la acompañaba con alcohol. Job bien lo sabía.
Job desvió la mirada hacia su mesa de luz. Con cada flash admiraba con una sonrisa su arma. Cargada.
Pronto. Cuando terminara el disco, se levantaría y partiría. Mandaría a J.C. al otro mundo. Le haría pasar por el túnel de una bala. Una 45., dramático. Pero rápido y certero.
Tal vez a la vuelta pasaría por el negocio de música, si acaso llovía mucho. Compraría un nuevo disco.
Esta vez Dios no lo iba a cagar.

jueves, noviembre 11, 2004

Soy la Oscuridad

En las ventanas de luces apagadas
En las ramas desnudas de los árboles
En la base de la nuca congelada
En el origen de la confusión
Soy la oscuridad

En el volumen que aumenta
En la pesadilla que se desenvuelve y cobra vida
En el sudor de cementerio
En la muerte de un pájaro sobre la tierra
Soy la oscuridad

Cuando la sangre muerde los dientes
Cuando la uña invisible desgarra el metafórico corazón
Cuando los gritos hacen eco de un deseo
Cuando la velocidad te induce a olvidar
Soy la oscuridad

Y en la esquina que dejas atrás con apuro
Y en el camino equivocado que elegís
Y en tus piernas vencidas y arañadas
Y en el veneno de tus bebidas
Soy la oscuridad

Antes que aparezca señal alguna de luz
Antes que consigas volver a respirar
Antes que sientas la cosquilla del cuchillo
Antes que la presa ceda, y te decidas a llorar
Soy la oscuridad

Besando tu frío oído
Llenando de cenizas tu lengua
Bailando descaradamente en tus hombros
Mostrándote el final
Soy la oscuridad


En la curvatura de los sueños
Ahí donde no llegas a ver
En el lugar donde no te atrevés a mirar
Soy la oscuridad

En la arena deshaciéndose en el reloj
En los pedazos de tu alma que vas dejando
Acompañándote en el borde del precipicio
Soy la oscuridad

En la mosca aplastada
En tu ambición derramada
En el doloroso recuerdo de lo que perdiste, la que amabas
Soy la oscuridad

En el humo flotando sobre el lago helado
En las espadas colgando sobre las cabezas
En los ángulos invisibles de la ciudad
Soy la oscuridad

Cuando un pensamiento arcaico se escapa por tu boca
Cuando tus manos se niegan a buscar
Cuando ella te llama pero no llegas a escuchar
Soy la oscuridad

Escondido debajo de esta tinta espesa
Corriendo por la sangre de estas manos
Detrás de estos ojos como fuegos negativos
Soy la oscuridad

En el cuerpo reflejado en el espejo
Estirándome suavemente por la alfombra
Pronunciaste mi nombre, aquí voy
Soy la oscuridad


(¿Y vos, Luz, donde estas?
¿Donde te escondes?
Mostrate solo una vez.
Te reto a que te dejes amar.)

domingo, octubre 31, 2004

La historia de un viaje anónimo

Cuando el viajero alcanzó el fin del mundo, éste era una barrera blanca de nada. No pudo evitar sonreír.
(Una capa encapuchada dejaba descubiertos solo su rostro y sus manos. No se había afeitado desde hace días. Estaba escuchando a los Doors. Sus anteojos estaba un poco sucios.)
Metió la mano en su mochila, sacó una botella de whisky, y se tomó lo que quedaba.
Metió la mano en lo blanco, parpadeando. Observó su mano desvanecerse dentro de la nada. Retiró la mano. Se estaba riendo en voz alta.
Aún así estaba indeciso. Pero esperaba que la naturaleza lanzara sus dados.
Un pequeño ratón corrió por entre sus piernas y se adentró en la blancura sin dudar un segundo.
¿Qué cosa quedaba por decir?
El viajero se adentró...
Cuando el viajero finalmente llegó al fin, otro viajero comenzó a caminar sus primeros pasos en la ruta, en el camino.

Perfección

Un asesinato perfecto termina con una resurrección.
Un circulo perfecto es casi siempre roto.
Un Dios perfecto no nos habría creado.
Un día perfecto termina en muerte.
Un hijo perfecto mata a su padre.
Una experiencia perfecta es fácil de olvidar.
Un disco perfecto te hará llorar.
Un mundo perfecto es solo soñado.
Una vida perfecta solo puede ser vivida.
Un descanso perfecto es tenido en paz.
Una respuesta perfecta nunca vas a encontrar.
Un poema perfecto nunca se va a escapar.

miércoles, octubre 27, 2004

El alquimista escribió, melancólico

Una vida con fin es la falacia mas grande del universo
Así como odio el fin de un libro, de una canción, de una amistad, de un amor,
Estoy seguro que llegado el momento, me sumergiré con un odio divino en las aguas de la muerte, no comprendiendo nunca ese destino,
Y con la secreta esperanza de despertar al otro lado del túnel.

“Recordar es una agonía, nunca pediré ser recordado.”

-Que tragedia máxima sería
Que la existencia post mortem sólo pudiera darse a través de los recuerdos de los vivos-

El pasado es como un sueño

El pasado es como un sueño
El presente se ha desvanecido en esta última palabra
Cuando el beso se detuvo, no estaba seguro si había existido de verdad
El sol esta en lo alto, pero no recuerdo lo anterior o lo que vendrá.

El futuro es como una pluma de nieve, e igualmente irreal
Cuando la música se detiene se que nunca estuvo verdaderamente sonando
Todo pasa pero soy una piedra inmóvil, en el centro de todo
Se me cedió la desasociación como arma contra la absoluta comprensión.

Permitirle a mi mente volarle sobre alas imposibles
Aligera la carga de una excesiva utilización de las palabras y los pensamientos
Pintando soy ahora, cada segundo un nuevo cuadro
El pasado no existió ni existirá.

Tan eterno como ahora
Está ese dios octogenal
Colgando de un techo de aguas inmóviles
Todo en un magnifico cuadro en el límite de mis pestañas arcanas.

martes, octubre 26, 2004

La respuesta es un misterio

El cielo esta en llamas
Y la tierra tan fría
No hay humo que nuble la visión
Pero sí hay sombras escondidas detrás de las nucas.

Oriente es una luna fosforescente
Llorando agua celeste sobre un desierto sin sol
Y en el fondo de alguna boca en forma de cueva
El señor de las arenas renace y espera.

La ventana es un caleidoscopio
Y mil capitanes discuten entre sí
El camino esta trazado como un espiral que comienza en su propio fin
Todo arriba es también abajo.

Las letras y los números en guerra
De los caídos nacen incestos fugaces de lenguaje divino
Una mala pronunciación acompañada de una mala división
Invocan la garganta de Dios, el agujero del gusano.

Y la máscara detrás de la máscara ha sido revelada
Las columnas aún tiemblan
La escalera infinita ha sido encontrada
Y en la pirámide final, el espejo todavía espera.

lunes, octubre 25, 2004

Locura en Pompeya

La poesía empieza cuando termina la canción
Los sonidos desaparecen del aire
Y el púrpura llueve desde el anochecido cielo

Allí, se movió y se escondió, pero yo lo vi
Detrás de la estatua, esta con una máscara
Una sonrisa griega y trágica, piensa que se me escapa
Y que no se que le encanta observar

La ceniza volcánica llueve y tapa los dibujos en el polvo
En una garganta oculta las cuerdas vocales tiemblan con distorsión
Amago un movimiento de selección y comienzo rápidamente a patear
A todas las piedras moldeadas que caen como dominó

El semidiós travieso ya no tiene refugio desde donde espiar
Tengo un delicioso deseo de sangrar y matar.

miércoles, septiembre 29, 2004

Y así se podrá ser

Discontinua es la decapitación de sueños escondidos en el polen de las orquídeas
Tenaz el fuego del pasado, que avanza sobre nuestros pasos justo detrás de la sombra
Melancólicos son los restos nuestros que liberamos en cada respiración, que repiten nuestro eco como un instinto de conservación espiritual
Poderosos parecen los árboles cuando estiran sus ramas para arañar las ventanas de los colectivos
Oscura se vuelve la noche cuando despuntan los primeros rayos del sol en una recobrada sobriedad
Inconmensurable la distancia entre un escalón y el otro cuando arriba en la pieza existe la posibilidad casi imposible de que una amiga se desnude
Salvajes son los pensamientos cuando las pequeñas lágrimas nos mojan cuando queremos estar serenos
Eternas son las flores desde el momento en que se abren para recibir el sol, hasta cuando se dejan cerrar para saborear la luna
Insignificante es toda palabra para tratar de representar lo que estos ojos de fuego onírico transmiten a este cerebro con alas.

sábado, septiembre 25, 2004

Esta casa

Esta casa no necesita clavos, dije
Los clavos se quejaron, se revelaron, pero finalmente fueron desterrados
Esta casa no necesita techo, dije
El techo rugió y amenazó con desplomarse, pero finalmente tuvo que rendirse e irse
Esta casa no necesita ventanas, dije
Las ventanas estallaron sus vidrios y se dieron a la fuga ofendidas
Esta casa no necesita puertas, dije
Todas las puertas ignoraron la frase, pensando que una sola podía quedarse, creyendo todas ser la elegida
Esta casa no necesita ninguna puerta, dije
Las puertas hicieron un escándalo, abriéndose y cerrándose con furia, y tuvieron que finalmente ser sacadas a la fuerza
Esta casa no necesita paredes, dije
Las paredes ya estaban advertidas, se burlaron y rieron en voz alta, y se marcharon alegremente predicando la perdición
Esta casa no necesita piso, dije
Pero el piso ya estaba listo para partir, en silencio y sin comentarios
Esta casa no necesita nada, dije
Y me fui.
Entonces llegó el silencio, y se instaló cómodamente.

sábado, septiembre 11, 2004

Soy el dios de la arena

(Lame tu ojo)

¿Bailas la luz?, ella me preguntó. Ella deja caer una píldora de ácido. Nunca fui más allá del pasto verde. Alguien esta tocando la batería con mis orejas. Mis hombros son ahora dos cabezas, ya no me siento tan aburrido. El aire es como una telaraña, lo toco para escribir. Él dijo que yo podía ser una poeta, ella dijo que yo podía escribir. Mis pelos son huesos, mis uñas son lenguas.

Mi alma todavía esta agarrada, pero cuelga de mi como una bolsa de plástico rota, moviéndose con el viento. Moveté, me acabo de convertir en el nexo. Soy el objeto inamovible ahora, veo la fuerza irresistible viniendo. Me voy a quebrar y voy darte nacimiento.

Soy el dios de la arena.

La Sed Dulce

La alucinación es una expresión de la mente,
del alma y del corazón,
es una solución a toda la preocupación,
es la creación de nuevas ventanas para la emoción,
un almuerzo perfecto con mucha locura y diversión,
sin formalidades ni razón,
la alteración de la visión,
el romance de la ilusión,
el sabor dulce de la poción,
el rendimiento a un amor marciano sin ninguna condición;

es luchar para intentar llegar a aquel lugar
tan deseado y prometido, tan precioso y prohibido,
ese capricho omitido de aquel primer pasado oscurecido
por la nostalgia de haber perdido la magia;

es un fantasma naciendo al amanecer,
una cara que nunca se da vuelta y anhelamos conocer,
un gigante en un templo negándose a mover,
una luz que impide a la lluvia caer,
un nombre quemándose al atardecer,
un cometa deseando poder retroceder,
una mentira acechando a punto de morder,
la voz que te incita a coger,
el flash azul que no te deja ver,
el libro que te encanta evitar leer,
la chica que se queda después de anochecer.

viernes, septiembre 03, 2004

Rojo, oscuro y más alla

La luna en mi ojo
Me grita en un lenguaje
De humo y sueños

Estoy escapando de mi cabeza a través de mis pelos
Apenas puedo sentir la tierra

Pero todavía puedo moverme hacia la izquierda
Abrazando la música y el viento
Disfrazados ambos como uno

Y devoro una abeja solo para saborear su miel
Aunque me termina gustando mas el sabor del aguijon

¿Acaso recuerdo una puerta?
Siguiendo mis propias huellas
Que me rodean sin sentido

Estoy en el funeral de mi razón
Ofreciendo las flores de locura en pésame

Miro a través del cuarto, ahora
Miro a través de las caras
Has estado leyendo
Y has venido

Estirado bien adentro de mi palacio de plumas
Te puedo ofrecer un asiento al lado de la lluvia

Interrogación

(Sentado en un cuarto oscuro. Vestido con un brillante traje amarillo. Con un cigarrillo pero sin fumarlo.)

–¿Por que hacer esto? –Ellos preguntaron.
–Nada esta planeado. Provocación, podría decirse.
–¿Provocar? Eso es lo último que necesitamos.
–Supongo. No se mucho como para afirmar que necesitamos realmente.
–Continua provocando. Bien. Confirma nuestras teorías.
–Creo que me gusta sacudir las cosas, así como tengo un pensamiento caótico, me gusta quebrarle el equilibrio a la gente. Darles un poco de caos.
–¿Cree que esto es divertido? No es usted nada excepto un imbecil. –Las voces mostraron un odio palpable.
–Oh, pero, quiero decir…, ya se eso. Así que, ¿cuál es el problema?
–…
–Soy un imbécil, también lo son ustedes. Somos todos imbeciles.
Una mano voló a través de la mesa, golpeando justo en la nariz.
–Usted es una pobre sombra de una memoria. –Ellos afirmaron
–Soy humano. Ese es el problema. Soy demasiado humano. En un mundo lleno de gente tratando de ser dioses, soy el único que trata de ser humano.
–Suficiente. –Ordenaron.
Las armas apuntaron como dedos acusadores. La muerte estaba esperando para entrar en escena.
–Eres escoria, humano. Al matarte manifestamos nuestra naturaleza. El que tenga poder de aplicar la muerte, es el Poderoso. Admíranos. Somos Dios. –Verdaderamente estaban sonriendo.
–Estoy feliz de morir como humano, entonces.
Las balas alcanzaron su objetivo.

jueves, septiembre 02, 2004

Requiem

Mi hijo entró por la ventana
Me aterroricé ante la visión de mi propia semilla
Un fantasma del futuro, mirándome con decepción
Seguidor de Edipo, sostenía en sus manos un hacha
“¿Por qué crimen que todavía he de cometer seré castigado, hijo?”
“El nacimiento, padre, es, fue y será tu y nuestro pecado.”
Me manchaste a mí y a mis hermanos y hermanas,
Nueve días antes del último bautismo, nos devorarás a todos.”
El no era mi hijo, era un clon, no tenía alma.
“Te entiendo, sonne. ¿Eres mi reencarnación?”
Las paredes se transformaron en arena y sal, un trabajo salvajemente divino.
“Tu no eres parte de ningún circulo, te criaste a ti mismo,
y nos arruinaste a todos al seguir a la serpiente, la linea, los interminables puntos.”
La charla no podía continuar mucho más,
El nombre estaba muy cerca de ser pronunciado.
“¿Quién es este dios que te ha mandado, vengador?”
Mi última pregunta.
“He venido a matarlo ahora.”
Su última respuesta.

Robando los pensamientos de alguien a través de su pelo

El cadáver yacía sobre la cama. Yo estoy cerca de la ventana, fumando el aire. Sé que tengo que recordar algo, pero la memoria se ha escapado de su prisión. El cadáver yace sobre la cama.
Me dije que necesitaba una afeitada. Tengo sólo una hoja vieja, así que me corto en varios lugares. Soy daltónico, así que la sangre era invisible para mí. Afortunadamente, el agujero de bala en mi frente se estaba curando, aunque seguía ardiendo. Me prometí no rascarme.
Estoy en el cuarto de nuevo, el cadáver ya no está en la cama. La ventana está abierta, pero sá que no se fue muy lejos. Compré un par de cosas en la farmacia. Necesitaba mis píldoras de emergencia ahora. Las he tragado todas en la última hora.
Estoy cerrando mis ojos ahora. Caminando hacia atrás y contando hasta diez. El cadáver yace sobre la cama de nuevo. Y yo estoy esperando una llamada telefónica. La noche fue un desastre, y de alguna manera se que algo me esta comiendo el cerebro.
Tengo que apagar la televisión, pero no la encuentro en ningún lado. ¿Por qué el cadáver me esta gritando? ¿Qué me esta diciendo?
Un apagón.
De nuevo.
¿Qué hace este pelo en mi mano?

Ich habe Durchfall

Extraño, se preguntó.
A lo largo de la costa, sus memorias se iban agrupando
Cosas extrañas pasan cuando los mosquitos cesan de murmurar
Ciertamente las aguas se estaban agitando
La píldora era un escudo, pero nadie puede engañarse a sí mismo
La variada fauna que habita dentro de los limites del disfuncional y personal ecosistema tiene un apetito insaciable por un fresco espacio virginal
Ceder un centimetro significaria sentir un nuevo titiritero detras de los hilos
El hombre con la mandibula artificial le dio nombres
Los nombres les dieron una sustancia mucho más personal, más terrorífica
Los ojos espejos miran al infinito, no quiere estar unidos
Estas divisiones son un equilibrio constante, en una nueva manera de pensar
Y pensar que el Nombre se esconde en un murciélago particular
Extraño, vos te preguntas ahora.

El problema de desear

Te despertás,
Y ya no podes pensar.
Sentís que querés penetrar,
Para solucionar
El problema de no poder amar.
Y no te asombrás
Cuando esto no parece funcionar.
No es tan fácil olvidar,
Cuando sabes que querés volverla a tocar.

lunes, agosto 30, 2004

Una Noche

Si esta noche parece extraña
No te engañes
Los sacerdotes duermen hasta mañana
Las calles nunca se inundan
La parca ha perdido su guadaña
Los gauchos brindan con tequila
Olvidan la sal, prueban cocaína

Las luces brillan bizarras
La marcha parece hecha por cigarras
En el baño empiezo una pelea con el espejo
Pierdo, y la mina se va con mi reflejo

Me ahogo en un mar de cuerpos saltando
Y naufrago a una isla de sillones
Al lado de una chica, que mirando e invitando
Reconozco que es otra de los clones
Su lengua es una marca registrada
La beso en piloto automático
Cierra los ojos y yo desvió la mirada
No estoy para ponerme muy romántico
Hay muchas sirenas para pescar
Se prepara el anzuelo y entonces te tirás
Detrás del alcohol todas parecen brillar
No te vas a acordar de lo que agarrás

viernes, agosto 27, 2004

Parco

Parco deslizaba sus inquietos dedos por el consagrado piano. El cementerio de marfil, como le gustaba llamarlo. Sus falanges eran perturbadores de tumbas, bailando con descaro y llamado a la puerta de las lápidas, sacando una última exhalación a los muertos.
Los muertos atados a la próxima existencia por el cordel, la voz de la eternidad, la telaraña que era el alma que se atrevía a cantar.
Parco era el señor embriagado e impotente frente a sus diez soldados. Las huestes profanaban moradas y no se cansaban de representar fingidas batallas sobre el blanco marfil. Fingidas y armoniosamente coordinadas, las legiones izquierdas contra las derechas, saltándose, bailándose y provocándose, apenas siquiera llegándose a rozar.
Exquisita música, tan invisible como tan visiblemente colorida. Canto de coro de todos aquellos caídos que moraban sin voz para encontrar por un momento una ventana a la existencia anterior, un lugar para volver a ser escuchados, para hacer sentir sus nuevas experiencias y su pesar.
Parco el de largos cabellos negros sufría con ellos y por ellos, sin saberlo y sin querer reconocerlo. Un escenario inglés para un caballero francés.
En la torre frente al mar, con el aire impregnado de espuma salada, que salaba sin mojar. El ida y vuelta del baile corporal acompañando el movimiento musical.
Los ojos cerrados, los artífices y causantes del final. Se privaban de la luz y de la piedad para dejar a lugar a la sublimación de las entradas. Permitiendo el amontonamiento de las nuevas sensaciones, las nuevas partículas de éxtasis, que privadas de sus entradas principales, corrían, empujaban y se golpeaban para encontrar un nuevo lugar para entrar, pulsando así las propias cuerdas del orgasmo artístico.
Parco el sádico suicida. No mataba rápidamente a su inspiración para crear, si no que se abría una herida en su propia alma para dejarla desangrar. Esa sangre espesa y casi humeante que brota del alma, admirable solo en un plano más azul y liquido de la existencia, tal vez el fondo del mar.
Una ultima exhalación y el último ataque de la fatigada y ebria horda. Presionando y ahorcando a los muertos para un último y agudo grito, la aproximación de la prolongada pausa en espiral.
Con la mitad de los dedos huyendo, y la otra mitad marcando la nota que marca el fin de la marcha. La sincronización del retorno a la luz, el sonido sostenido en el aire es la llave que abre a los ojos para la contemplación del desvanecimiento de la obra en el aire otoñal.
Parco el egoísta, que una vez más a dedicado uno de sus tantos sueños a las piedras que forman su hogar, inútilmente ocultándole al resto de los mortales su capacidad de crear, esperando secretamente que su música logre alcanzar los oídos tan deseados y tan soñados, allí más lejos, pasando el mar.

viernes, agosto 20, 2004

Esta lloviendo desde hace rato, Parte II

Las gotas cayendo son los acordes de la melancolia
Mas alla de su color azul, violeta o gris
Menos humo, por favor
No hace falta el descontrol, neguemos la existencia del control

Es hora de empezar
Subir y bajar la montaña de Mahoma
Recordar las búsquedas sobre el pasto
El roce del arbol, ese primer dios infantil
Tan alto, benevolente y natural

Extraño la sensación de las nubes
Y sentir el agua de verdad
Quiero volver a poder cantar
Sin que nada importe
Libre antes de elegir la libertad

Esta lloviendo desde hace rato, Parte I

Lo que queda es lo que queda
La muerte es una razón
El mundo aparenta girar sobre su propio eje
Y a todos nos gusta fingir y bailar

Desconecta y apaga
La sangre es el olor mas fuerte
Dejate estar y ahogate
En una mañana borrosa
Luego de un sexo sin dolor

Desnudate de todas las cortinas
Y encontrémonos bien locos
Atrás de un árbol que haga sombra
Extremadamente alucinados
Y con ganas de lograr recuperar
El tiempo antes de la caída de la alfombra de cristal

martes, agosto 17, 2004

Galaad

Sentado sobre el pasto esmeralda en el país verde, Galaad miraba al sol y pensaba. Él veía al sol como a su padre, o al menos eso era lo que ellos afirmaban. Ellos le habían enseñado esto y más, desde el momento en que había despertado a la conciencia.
Galaad era un Mesías, o al menos lo era para ellos. Él era puro, o al menos lo era para una parte falsa de él. Porque él sabia, no muy debajo de la superficie, sino muy conscientemente, que él no era nada por el estilo. Pero él nunca admitió saber esto, ¿porque habría de hacerlo? Vivía una hermosa existencia, rodeado de placeres que habían empezado a aburrirlo, sin embargo nunca había osado rechazarlos. La gente quería creer en algo, así que, ¿porque no ser ese algo para la gente? No había nada extraordinario en él, y sin embargo ellos se sentían a salvo creyéndolo algo más. No esperaban milagro alguno de él, ni ningún castigo, no esperaban mucha cosa de él, excepto el que representara lo que ellos quisieran que representara. Él era seguridad. Seguridad para ellos. Así que, ¿porque no hacer que sus vidas fueran mejores?
Galaad no tenía problema con eso. Él no sabia si era feliz o miserable con esta vida, pero cada vez que veía su cara reflejada en el lago, siempre estaba sonriendo.
Oh, bueno, un Mesías de verdad para todo el mundo, inclusive para esa parte de el que quería creer en eso, para poder ayudar. Pero, inevitablemente, siempre terminaba rumiando con el pensamiento acerca de su verdadera naturaleza
Él era solo un hombre, uno muy joven. Un hombre que adoraba mirar al sol, a las flores. Un hombre joven que simplemente estaba sentado cerca del lago.
Oh, bueno, Galaad no sabía esto, pero él estaba sonriendo de nuevo.
Se levantó y comenzó a caminar hacia el lago. Le gustaban las flores que crecían en la pequeña isla en el centro del lago. Esas flores tenían algo especial, o al menos eso le gustaba pensar. Cuando llegó a la orilla del lago, empezó a caminar sobre el agua, como solía hacer siempre. Unos pocos minutos más tarde él estaba oliendo las flores. Todavía, sin saberlo, él estaba sonriendo.

lunes, agosto 16, 2004

La experiencia de una experiencia

Cuando elegí saltar, yo era un hombre
Mientras mis piernas me movían lejos del suelo, yo era un conejo
Los primeros segundos en el aire, yo era un zorro
Mientras seguía ascendiendo, yo era un gorrión
En el punto más alto de mi vuelo, yo era una nube
Cuando empecé a descender, yo era una pluma
Mientras caía más rápido, yo era una piedra
A unos pasos del suelo yo era una lagrima
Justo antes de tocar el suelo yo era una semilla
Tocando el suelo yo era un árbol
Cuando me di cuenta de mi experiencia me convertí en hombre de nuevo
Y me aleje con una sonrisa.

domingo, agosto 15, 2004

Proceo

Proceo despierta de su sueño. Saturno esta ascendiendo en el cielo, como en aquella vieja canción. Los pájaros disfrutan de su reinado, llenando el aire con su opera acústica, que sorprendentemente recuerda al color naranja hecho sonido.
La sombra del árbol lo mantiene fresco. Mira alrededor y sin sorprenderse mucho descubre que el lago esta congelado. Justo como en su sueño, o mas precisamente debido a que así paso en su sueño.
“Muchos son los caminos”, rumia en su mente Proceo, aquel viejo mantra tan fantástico. Muchos son los caminos, sí. Y aun más son los caminantes. Aquellos dignos del nombre, aquellos que parecen héroes de libros y leyendas, pero no aparecen en ninguno de ellos.
Una nube serpiente se proyecta por el cielo, justo sobre el árbol y Proceo. La subsiguiente lluvia plateada no tarda en llegar, y Proceo se asoma un poco por debajo de la protección de las ramas para recibir unas cuantas gotas del refrescante liquido.
“Muchos son los caminos, ante la duda elige siempre el más largo”, reflexionó. Su mente paso rápidamente a la cuestión de siempre, la cuestión onírica. “Oniros, ¿eres vida? O vida, ¿eres acaso un sueño?” pregunto con sus ojos a toda la materia que le rodeaba.
“Muchos son los caminos, y cada paso que das es una pregunta”, recordó.
Detuvo a tiempo su filosofante delirio, se puso de pie y resolvió proseguir con su camino. Al menos ahora podría cruzar el lago.

El primer intento

El ritual del despertar, la cuna del asesino
El hombre una vez vegetariano, ahora carnívoro
En un mundo de bombas, rezamos poder desenterrar las espadas
Volver al tiempo donde la muerte tenía gloria y honor
Una nueva arena, una nueva batalla
No un retroceso sino una evolución
Nuevos romanos, con espadas sangrientas,
Ahogados en LSD, murmurando poesía,
Mientras en nuestros auriculares suenan sinfonías de rock.