jueves, septiembre 02, 2004

Requiem

Mi hijo entró por la ventana
Me aterroricé ante la visión de mi propia semilla
Un fantasma del futuro, mirándome con decepción
Seguidor de Edipo, sostenía en sus manos un hacha
“¿Por qué crimen que todavía he de cometer seré castigado, hijo?”
“El nacimiento, padre, es, fue y será tu y nuestro pecado.”
Me manchaste a mí y a mis hermanos y hermanas,
Nueve días antes del último bautismo, nos devorarás a todos.”
El no era mi hijo, era un clon, no tenía alma.
“Te entiendo, sonne. ¿Eres mi reencarnación?”
Las paredes se transformaron en arena y sal, un trabajo salvajemente divino.
“Tu no eres parte de ningún circulo, te criaste a ti mismo,
y nos arruinaste a todos al seguir a la serpiente, la linea, los interminables puntos.”
La charla no podía continuar mucho más,
El nombre estaba muy cerca de ser pronunciado.
“¿Quién es este dios que te ha mandado, vengador?”
Mi última pregunta.
“He venido a matarlo ahora.”
Su última respuesta.

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