domingo, noviembre 04, 2007

Fuera del camino

He leído a Kerouac y quiero llorar. He leído a Kerouac y quiero reír. Reise, Reise, jóvenes del dharma. Me siento apenas parte del polvo en las ruedas bajo Kerouac y Cassady. He leído a Kerouac y creo que es uno de los pocos que ha vivido. ¿Donde mierda puede quedar semejante mundo? Esa carretera por donde Kerouac viajó y Cassady enloqueció de vida no existe, no puedo llegar a creer que haya existido. No hay suficiente asfalto en el mundo para permitir semejante belleza. He leído a Kerouac y no puedo parar de llorar, es demasiado hermoso. La vida enloquece, pero el viaje atenúa los ruidos y despierta la fría caricia de la poesía. Malditos sean, Dean y Sal, ¿como puede ser que ustedes realmente hayan existido? Gracias, Neal y Jack, por haber respirado el mismo aire que yo, y por haberse quemado bajo el mismo sol, las mismas estrellas, un mismo idioma que es la locura como paraíso frente a la desesperación. He leído a Jack Kerouac, y he viajado tímidamente con él, demasiado empequeñecido como para poder decir algo, un mosquito aplastado en la remera de Dean. Los odio y quiero gritar sus nombres al viento; no me imagino como podría haberme despertado un día más sin haber leído a Kerouac. He leído a Kerouac y estoy llorando, y riendo, y se que todo es posible en este mundo, incluso la muerte.