viernes, septiembre 03, 2004

Interrogación

(Sentado en un cuarto oscuro. Vestido con un brillante traje amarillo. Con un cigarrillo pero sin fumarlo.)

–¿Por que hacer esto? –Ellos preguntaron.
–Nada esta planeado. Provocación, podría decirse.
–¿Provocar? Eso es lo último que necesitamos.
–Supongo. No se mucho como para afirmar que necesitamos realmente.
–Continua provocando. Bien. Confirma nuestras teorías.
–Creo que me gusta sacudir las cosas, así como tengo un pensamiento caótico, me gusta quebrarle el equilibrio a la gente. Darles un poco de caos.
–¿Cree que esto es divertido? No es usted nada excepto un imbecil. –Las voces mostraron un odio palpable.
–Oh, pero, quiero decir…, ya se eso. Así que, ¿cuál es el problema?
–…
–Soy un imbécil, también lo son ustedes. Somos todos imbeciles.
Una mano voló a través de la mesa, golpeando justo en la nariz.
–Usted es una pobre sombra de una memoria. –Ellos afirmaron
–Soy humano. Ese es el problema. Soy demasiado humano. En un mundo lleno de gente tratando de ser dioses, soy el único que trata de ser humano.
–Suficiente. –Ordenaron.
Las armas apuntaron como dedos acusadores. La muerte estaba esperando para entrar en escena.
–Eres escoria, humano. Al matarte manifestamos nuestra naturaleza. El que tenga poder de aplicar la muerte, es el Poderoso. Admíranos. Somos Dios. –Verdaderamente estaban sonriendo.
–Estoy feliz de morir como humano, entonces.
Las balas alcanzaron su objetivo.

No hay comentarios.: