jueves, marzo 31, 2005

(Revelación)

Y cuando el cuerpo estuvo sano, se dieron cuenta de que el sujeto igual seguía enfermo. Los tipos de guardapolvos blancos temblaron y se acurrucaron todos juntos en un rincón. “La mente, oh Dios, es la mente…”

Pelicula de Terror

La chica parecía aliviada. Con la cara todavía lastimada por la terrible pesadilla, pero aliviada al fin. Se entendía que todo había terminado ya, había costado mucho sufrimiento, muchas vidas de seres queridos. Pero todo había terminado. Su cuerpo y sus pensamientos se detuvieron unos instantes, y pareció sopesar toda la experiencia de nuevo. Cerró los ojos y se decidió a continuar.
Salió de la comisaría. Afuera era un lindo día, un nuevo día, con un sol brillante y tranquilizador. Se acercó a su auto, y se subió con decisión, encaminándose hacia su casa. Prendió la radio, y, a medida que la música sonaba, alegre, y las calles pasaban con rapidez, aproximándola a su casa, ella pareció olvidar todo.
Llegó a su casa, entró con seguridad, y para cuando cerró la puerta ya era una nueva mujer. Había ganado, había triunfado. Ignoró todo lo demás, se dirigió hacia su pieza y se arrojó pesadamente sobre su cama, expirando todo el aire que tenía atrapado en sus pulmones.
En su cara se leía que esto era todo lo que necesitaba, la sensación de su suave cama sosteniendo su cuerpo. Paz al fin.
Entonces, le pareció oír una respiración, un horrible sonido de exhalación e inhalación bestial. Todo su cuerpo se tenso, sus ojos se abrieron, sus pelos se erizaron. El ruido burlón venía de arriba, justo arriba suyo. El techo.
No se atrevía a moverse, pero debía ver, era imposible no ver. Giró lentamente la cabeza, apunto sus ojos al techo, y lo vio. Su garganta quiso explotar con un grito, pero sus cuerdas vocales se congelaron y amenazaron con desgarrarse.
Allí arriba estaba la horrible pesadilla, la bestia, ese oscuro demonio, con su boca chorreando baba, su sonrisa de dientes de piraña pidiendo sangre, sus ojos muertos, como ventanas sucias al infierno.
La bestia gentilmente soltó sus terribles garras del techo, y se dejó caer, como una piedra, como un buitre, como un depredador.
La chica ni siquiera intentó cubrirse, una sombra la cubrió, y su último pensamiento fue para con esos filosos dientes.

STOP

“Bueno, que película mala…” suspiró en voz alta Luciano. Apretó el botón de EJECT con una mezcla de desprecio y confusión. Puso rápidamente la película en su caja, y la caja a su vez en la mesa, bien visible, cosa que de ni bien saliera de su casa la llevara al video, sin escalas.
“La verdad no entiendo estas películas”, pensó Luciano. “Estas cosas de supuesto terror, monstruos, vampiros y demonios. El tipo del video dijo que me iba a asustar, que esta película había hecho temblar a más de un valiente fanático de películas de terror. ¡Pero que farsa!”
Luciano entro en su cocina, abrió la heladera y sacó una botella de un líquido color verde fluor, parecido al absintio. Tomó un largo trago y volvió a guardarla. Mientras efectuaba el clásico movimiento de limpiarse esas gotitas que escapaban de la boca cuando se tomaba derecho de la botella, siguió rumiando sus pensamientos: “Es que, no tiene sentido. ¡Por favor!, por más que sea verdad que la gente se haya asustado con esta película, con cualquier película de terror si vamos al caso, ¿Qué clase de tonto inocente tendría uno que ser para sentir terror de esto? No lo entiendo, la verdad no lo entiendo.”
Con la confusión todavía pintada en su cara, hizo una parada en el baño, y después fue derecho a su pieza. Se sacó la camisa y el pantalón, echándolos tranquilamente al otro lado de la habitación. Después se sacó el collar con el extraño hexagrama, y lo apoyó suavemente sobre su mesa de luz. Miró el reloj digital, 00:06, apagó la luz y apoyó su cabeza contra la almohada, todavía decepcionado por la película de terror.
La bestia esperó con tranquilidad unos minutos hasta que el ritmo de respiración de Luciano indicara que éste se había dormido. Entonces abrió las puertas del armario, que era donde había estado escondida. Las puertas rechinaron con ese quejoso sonido de madera vieja. Esta bestia no era como la de la película, pero podría ser su prima lejana. Los colmillos estaban, las garras también. Pero estos eran dientes sucios, podridos, con restos de su última comida todavía adornándolos, lo mismo las uñas, manchadas y llenas de sangre seca de distintos colores. El cuerpo de la bestia no tenía esa cualidad estética de su contrapartida de látex en la película. No, el cuerpo de la bestia parecía de carne podrida, peluda, viscosa como una unión entre una babosa y una araña rechoncha. Sus ojos eran brillantes y hambrientos.
Se dirigió sigilosamente hacia la cama. En esto también se diferenciaba de su colega cinematográfico, la bestia no necesitaba advertir de su presencia a la victima antes de tiempo. La bestia esperaba hasta estar cara a cara con su victima, con sus dientes casi tocando la carne de su presa, entonces gruñía con fuerza para despertar a su próxima cena, disfrutando de la mirada de absoluto terror.
Y ahora así estaba la bestia, con la boca enteramente abierta, y con su garganta empezando a vibrar para producir el rugido de la muerte.
Por la calle un borracho manejando pasó a toda velocidad con su mano prendida a la bocina. La bestia vaciló un segundo ante la interrupción, mirando con odio hacia la ventana. Cuando volvió su vista hacia su victima, pudo ver que Luciano estaba despierto. Despierto y observándolo. Observándolo tranquilamente.
La bestia se quedó helada por un instante, ¿Qué era ese horrible insulto, esa muestra indecorosa de indiferencia que aquel hombre mostraba? ¿Qué significaban esos ojos vacíos de miedo?
La bestia tensó sus músculos, preparado para atacar con toda la violencia de su crueldad. Entonces Luciano estiró tranquilamente su mano, sujetó al monstruo por la garganta, y lo arrojó al otro lado de la habitación, justo al lado de donde había tirado su ropa.
La bestia yacía en el suelo, totalmente confusa, desolada, incapaz de asimilar lo que había pasado. Su mente era en el momento un gran signo de interrogación. Se levantó, observando a Luciano, ya sin hambre o violencia, sino con sorpresa. Vio que el hombre extendía una mano con los dedos extendidos hacia ella, y esto solo hizo aumentar todavía más su confusión. La bestia estaba ahí parada, perpleja, e incluso atinó a levantar uno de sus filosos dedos, como para preguntar algo.
Una llamarada de fuego azul consumió enteramente al demonio, sin chamuscar la alfombra ni la camisa ni el pantalón. No había rastros de la bestia.
Luciano reposo de nuevo su cabeza sobre la almohada, se tapó y de nuevo pensó: “La verdad hay que ser un pobre gil para tenerle miedo a una película de terror. No lo entiendo.”

miércoles, marzo 30, 2005

Jeringa

Fantasmas que extienden sus manos y tratan de agarrarme
Sofocado por esta nube rosa de penas ajenas
No puedo respirar
Convocado el pentagrama solo falta desvanecerlo
Los espíritus gritan en un esperanto oxidado
Exigen el sacrificio de mi glándula pineal
El final de mis fantasmas y mi delirealidad
Pero debajo de este olivo, en su sombra, estoy a salvo
Soy simplemente un testigo amargo
Aterrorizado por esas palabras cuadradas
Por ahora estoy a salvo
Aunque las flechas siguen volando, las raíces muriendo
Los cuchillos cortando
El mármol se esta quebrando, y me memoria me esta olvidando.

miércoles, marzo 16, 2005

3. Nunca sería

Atención, expectativa, el comienzo llegara, a comenzar a llegar
Luz sombra arena desolación ensimismo soy solo la expresión de este nuevo artefacto que demanda una mayor emoción, una mayor velocidad de pensamientos, de acciones, de pasión, la luminosidad en las paredes del muro de cristal
Tan delicado tan antediluviano, salvado estoy.

martes, marzo 15, 2005

2. Su invitación

“Lanzate, lanzate”, clamaban las voces desde la luna
Y yo en la tierra, todavía, perdido entre los arboles
“Lanzate, lanzate, despreocupate”
Clamaban, movían sus brazos, me invitaban
“Rápido rápido, el eclipse se acaba
No vas a tener otra oportunidad.”
Y yo en la tierra, escondido detrás de una piedra
“Acá el sol brilla de una manera distinta
Acá el viento acaricia con una mano distinta
Acá el agua puede correr de maneras maravillosas.”
Y yo en la tierra, arrastrándome en la arena.

1. Si lo recordé, ¿habrá sido verdad?

Seriedad frente al más estúpido chiste
La conmoción de la enfermedad graciosa frente a todos los funerales
Y cuando se acaba al alcohol nada importa tenemos sangre
Fumando ácido que sale de los parlantes de mi equipo de música
Aprieto los dientes y entiendo, disfruto, me disuelvo y comprendo
Un ataque relámpago hacia sus fronteras, me detengo a centímetros de sus labios
Suspirando excitación desesperante antes de finalmente besar
Pateando todas las cosas hechas para romperse, mover las piedras para que crezcan más
Golpear estas conmocionadas teclas como una especie de piano malformado, lenguaje virulento
Eterno retorno apagado luego de una ultima supernova, el polvo estelar no alcanzara para todos
Y en el final tan deseado, precario y fundador de religiones
Un riff final con un grito en cinco idiomas
Que se haga la oscuridad, acabo de entrar

miércoles, marzo 02, 2005

El cuervo (la noche) y el (Poe)ta

La ventana esta abierta, y el viento entra despreocupado
De a ratos frío, de a ratos ausente
Yo sentado, planteándome si es un buen momento para empezar a fumar
Miro hacia la ventana y pienso
¿El frío que siento es a causa del viento?
Verdaderamente no se si esa ventana es de las que se cierran
Pero mis dedos no obedecen a esa apuesta
¿Y en que se diferencia una ventana de una puerta?
Si cediera a lo que mi sonrisa sugiere
Me arriesgaría a buscar el origen de la fría corriente
Usando la ventana como una puerta
Hacia los precipicios de noche

El Escorpion Ouroboro

:La duda es mas grande que la razon:
:No muchos siguen buscando a ese dios:
:Cuando en el nirvana solo encontré desesperacion:
:Convertí la autodestruccion en mi nueva religión: