viernes, mayo 06, 2005

Faaip de Oiad

Comienza con el arrullador sonido de la estática, la canción de al entropía. Uno no puede resistirse, la sacralización es total y asfixiante. Uno sabe que no esta hecho para escuchar esto, uno reconoce el error, un error cósmico y devastador.
Los gritos de incontables células, cristalizadas por la inmensidad de la locura desatada, se ve ahogada por las palabras (que no son palabras), esos sonidos (que no son sonidos) escupidos y esculpidos por esa voz (que no es una voz). Demasiado y demasiado y demasiado.
La luz se rompe, se quiebra y se filtra hacia otro lado. Un agujero negro se forma en el techo. El murmullo de una sola señal magnificada, el sonido entrópico, acumulándose y yuxtaponiéndose a todo. La vibración del ohm cede y se apaga frente a la Voz del Dios.
En espirales todo desaparece, toda pregunta es estupida, y todo momento que queda es el último.
El escritor solo soy yo, aquí, plasmando esto que comprendo antes de trascender allí donde ya no importara que comprenda o no. Error, mi error y orgullo.
Las palabras son tan débiles ahora que la música me mata. Ahora que el corte me atraviesa y me mezcla. Todo lo soy y me fundo en todo. Todo es tan… inmenso, pero inmenso no puede verdaderamente describir lo que el todo es para mí.
Me pierdo, adiós. La Voz del Dios es la rotura hacia lo que yace detrás, el escenario imposible que esta más de la razón, de la pasión o la imaginación. Cedo, abandono y me hundo. Me atrapa, me saborea y me deshace.
Soy un segundo más, indiferente, en la canción de la Voz del Dios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No tienes ni puta idea de lo que estás escuchando.