sábado, mayo 21, 2005

Esas preguntas...

“Che, ¿Por qué fumas?” Le pregunto Simón a Mateo.
“Y…, fumo porque me gusta, bah, ya no puedo dejarlo” respondió Mateo, tratando de formar círculos con el humo que expiraba.
“Aja… ¿Y cuando empezaste? ¿Cuándo probaste y dijiste mmm, que rico, voy a empezar a fumar?” preguntó Simón, medio distraído, medio burlón.
Mateo echó los ojos hacia atrás y puso cara de hacer memoria. Entonces recordó, y sonriendo respondió: “Pedro empezó a fumar y después me obligo a fumar a mí.”
Simón entonces encaró a Pedro con una sonrisa de detective sarcástico.
Pedro, que había estado deshaciendo una telaraña con su cigarrillo prendido, miró a sus dos compañeros con cara de cordero confundido.
Mateo dio otra pitada.
“Así que vos lo hiciste fumar, lindo…” atacó burlonamente Simón, “¿Por qué?”
Pedro exhaló humo y dijo: “Bueno, no iba a ser el único boludo que fumara, además necesitaba a alguien que me ayudara a comprar los cigarrillos.”
Simón apunto de nuevo a Mateo: “¿Y vos porque te dejaste obligar a fumar?”
“Y…, como que quería hacerle la gamba, además de que parecía copado fumar, algo importante.”
La sonrisa maliciosa de Simón parecía ir de oreja a oreja.
Judas entonces salió de su trance, y mirando a Simón preguntó: “Che, ¿y vos porque tomás?”
Simón dejo de sonreír y puso cara de me cagaste, tomó un trago de su botella de ron y dijo: “Fue, hagamos como que no pregunte nada.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja, sos groso pelotudo de mierrrrrdaaa!!!