lunes, diciembre 28, 2009

Sanctum Narcum

Las jeringas se escaparon de mi mochila, lo juro,
Cobraron vida propia, y me atacaron chillando,
Mis venas se amotinaron también, hinchándose y bailando, provocando a las agujas.

No fue mi culpa, los objetos tiene su maldad propia, y nosotros los que alucinamos somos unos pobres juguetes rotos en las manos de una entidad tan desquiciada como ciega;
Vos te reirás, pero no estabas acá ayer cuando las pastillas se mandaron en paracaídas por mi boca,
La sobredosis que me acaricia los pies como una serpiente sabedora de su don de muerte, no fue llamada por mí, y no es responsabilidad mía;
Que pongan cuando muera, que yo simplemente fui una victima de unos narcóticos obsesivos y acosadores, ellos no pudieron aceptar mi negativa, y se decidieron a violarme hasta la muerte...

No hay comentarios.: