Deslumbrar es hipnotizar,
Entendiste ya en la otra habitación;
Asombrado te olvidaste de gritar,
Y tu silencio construyó tu prision.
Enloqueciste frente a ese color rojo,
Y rompiste los vestidos de tus musas;
Con el cinturón te sacaste los ojos,
Como siempre tus dioses te usan.
2 comentarios:
Que nuestras propias creaciones se vuelvan en contra nuestro es la paradoja del existir humano.
Diantres.
Siga escribiendo don, muy interesante lo que leí hasta ahora. Y gracias por pasar por mi blog.
Un saludo.
Juan Martín.
Siempre es muy poco para alguien que no se acaba...
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