lunes, julio 10, 2006

Un nuevo frankenstein

El sujeto se abalanzó, cayendo, y se afianzó sobre el piso, borracho. Rehaciéndose, y cosiéndose pedazos de muchos anteriores, las huellas de aquellos que ya habían pasado. Una mascara que era millones de rostros, y que no ocultaba probablemente ninguno. Habló, en una voz que nunca había sido escuchada, con palabras conocidas:

Grotesca humanidad, bello tormento que hace al arte arte, dolor en los nervios de la nuca que ilumina la visión de lo gloriosamente incomprensible; sonríe, humanidad, de ahora en más seré otra criatura más, acechando, lo mismo me da de día o de noche; mas nunca escondido, siempre encumbrado, alto a tus espaldas; congélate cielo, aguántate agua, respira hondo fuego, un nuevo personaje ha sido parido, no de una vagina sino de un clítoris; sin excusas ni amenes, ambiguo, narcisista, y moralmente sediento de sangre; sin conviccion ni solucion ni siquiera poseedor de una nueva interpretacion, solo una duda, una pregunta más, antropomorficalizada, para el bien de nadie, y la buenaventura de pocos.

No hay comentarios.: