miércoles, agosto 24, 2005

El lunático

La luna molestaba y se burlaba, así que la saque del cielo y me la metí en el bolsillo. Te quedas ahí escondida un rato, calladita la boca, y que el resto del mundo se cague, que prendan muchas velas. Y la luna vibró y chilló y se movió inquieta en mi bolsillo, pero yo seguí mi camino, modificando apropiadamente mis pupilas para acostumbrarme a este nueva oscuridad, más apacible y humilde que esa media luz lunar.
A las tres cuadras ya me cansé de semejante peso en el bolsillo derecho, y llegué a la conclusión de que si seguían los forcejeos de la muy vanidosa, con un poco de ayuda de la caprichosa gravedad, en cualquier momento aparecería alguna anomalía espaciotemporal en mi bolsillo, y eran nuevos los jeans, quería al menos que me duraran un mes más. Así que abrí el bolsillo, y la luna trató de un huir a toda velocidad, pero afortunadamente para mí, los satélites naturales no tienen mucha velocidad. La agarré de nuevo en el aire, y me la acerqué a la cara. Le mostré mis sedientos dientes para asustarla, y con gusto sentí como temblaba en mi mano. A continuación hundí un dedo sobre su cuerpo celeste, y le arranqué un buen trozo de su núcleo, que después tapé apropiadamente, jugando como si la vanidosa fuera de plastilina. Quedo impecable el hueco que yo había hurgado, pero ella estaba furiosa y dolida por la ofensa. Entonces le dije: Anda, pero ya no te hagas la canchera ni te burles de los que caminamos pensativos a tu luz. No te agrandes ni cantes que sos la luz de la noche y que nadie te puede alcanzar. Que somos pobres giles que solo existimos para que tus rayos se reflejen sobre nosotros, para llorar, amar, vivir y morir frente a tu luz. Ahora quedaste hueca, la próxima te arranco un pedazo más grande de un mordiscón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó este texto particular. Por su simpleza, aunque yo lo hubiera exagerado como todo. Seguramente la hubeira seguido delirando con el resto de los planetas si qeures después lo escribo, con tu permiso.

Anónimo dijo...

Me encanto, eso es poco para lo que produce en la mente, en cuanto a la historia hace viajar , permites que sea parte de la mente y sea obra en las manos, excelente, me hubiera gustado otro tipo de final.