martes, enero 30, 2007

El hombre sin pelo

Incandescente el bisturí, y sobre todo la voluntad detrás de la mano que lo mueve. El hombre sin pelo está harto, y esta decidido a auto-operarse. La calvicie destruye sin matar, borra. El hombre sin pelo necesita pelos, necesita que sus pelos salgan de una puta vez de su cabeza. Los siente adentro, bailando, abrazandose, empujandose, besandose, apretandose, pero rehusandose a asomarse afuera del craneo. El hombre sin pelo desea con toda el alma que sus pelos salgan, por Mitra, no lo tolera más. Meses y meses de calvicie, meses de soportar la fria superficie perfecta de su cabeza. Noches y noches agonizantes, irritantes, ladillescas, en las que la luna rebotaba en su pelada, la usaba de trampolín para cabezas más gratas, sin dignarse a iluminarla. "No señor, pelos de mierda", piensa el hombre sin pelo, "seran una parte de mi como lo son estos dedos que mantienen firme el filo del bisturí incandescente, pero no voy a dejar que se hagan los boludos". “Salen o se pudre”, grita el hombre sin pelo hacia adentro, “SALEN O SE PUDRE”. Los pelos se erizaron dentro de la cabeza, y sentir eso fue una cosa muy bizarra. Un gran movimiento cosquilleante recorrió su cerebro, y en eso el hombre sin pelo pudo sentir como una pequeña caravana capilar descendia por su nariz. Conteniendose de estornudar, carajo, evitando respirar, el hombre sin pelo aguantó, el bisturí incandescente rozando su cabeza. Un pelo, uno solo, uno bien negro, bien gallardo, asomó a penas por la fosa nasal izquierda. El hombre sin pelo atacó, histerico “SALGAN O SE PUDRE, SALGAN O SE PUDRE, SALGANOSEPUDRE, SALGASNEPUDREEEEEEEE”. El pelo se puso tenso, afiló su punta y se clavó con solemnidad en la carne suave interior de la nariz. El hombre sin pelo gritó, y se tajeó incandescentemente la cabeza. Se mordió el labio inferior, y le prestó una vengativa atención al pelo gallardo. Antes que pasara algo, el pelo habló: “Escuchame, boludo, calmate y dejate de joder. Hace un rato largo que queremos salir, pero sos vos el que no abre la puerta. Tuve que escarbar a lo largo de este tunel de mocos para venir a decirtelo, nomas. ¿Qué se pudre? Boludo, ABRI LA PUERTA.”
En hombre sin pelo no enloqueció, pero casi. El bisturí dibujo 7 lineas sobre el lienzo de piel en la cabeza sin pelo, y el pelo salió.

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