miércoles, octubre 26, 2005

Elephteria


Me desperté poeta, me desperté escritor, me miré al espejo y supe que tenía una pegajosa resaca de druida.
Me asomé por la ventana, todavía de noche, miré al cielo y recordé que había dejado escritas mis bizarras palabras en las distintas constelaciones.
Levanté las sabanas y la encontré, durmiendo enamorada del espejismo que yo era antes de que la luna me pegara en la cara, antes de que la fría luz me despertara.
Me acerqué y escribí con tinta azul la palabra pasión en su pezón derecho, y a continuación acerqué mis secos labios a su oreja izquierda y le susurre un verso de un poema vikingo.
Encontré que todavía quedaba hidromiel en la botella, humedecí mi lengua y mis dientes, y finalmente escupí la bebida sobre el pequeño cactus que adornaba la habitación.
Me hice un pequeño corte con mi navaja, en el dedo anular izquierdo, y así con tinta roja escribí gnothi seauton en el espejo que observaba fijamente a la cama, y acompañé las palabras con un corazón, para que ella se diera cuenta.
Me di cuenta de que la puerta estaba abierta una vez que ya estaba afuera del cuarto, y conté que me iba a tomar diez pasos llegar al ascensor, pero me equivoqué y fueron once.
Al apretar el botón de planta baja me avivé que de esta manera estaba cerrándome la cremallera por un tiempo, la pequeña marca de sus dientes sería mi dulce compañera, y su recuerdo duraría lo que tardase mi piel en consumir estas marcas.
Salí del ascensor y sentí que estaba adentro de esa canción de amor que Pink Floyd nunca se había atrevido a componer.
Afuera del edificio, la noche se estaba desangrando en el cielo, el viento susurraba Stairway to Heaven satánicamente cantada al revés, yo me sabía un escultor de pequeños detalles filosos, y los dioses arriba bostezaban frente a este nuevo capitulo de mi libro.

No hay comentarios.: