miércoles, marzo 30, 2005

Jeringa

Fantasmas que extienden sus manos y tratan de agarrarme
Sofocado por esta nube rosa de penas ajenas
No puedo respirar
Convocado el pentagrama solo falta desvanecerlo
Los espíritus gritan en un esperanto oxidado
Exigen el sacrificio de mi glándula pineal
El final de mis fantasmas y mi delirealidad
Pero debajo de este olivo, en su sombra, estoy a salvo
Soy simplemente un testigo amargo
Aterrorizado por esas palabras cuadradas
Por ahora estoy a salvo
Aunque las flechas siguen volando, las raíces muriendo
Los cuchillos cortando
El mármol se esta quebrando, y me memoria me esta olvidando.

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