miércoles, febrero 16, 2005

-Fragmentación-

Lo roto no importaba. Lo sucio no importaba. Al fin y al cabo nada estaba roto ni sucio. El verso exterior no importaba, solo el intraverso. Uno es y punto, dejémonos de joder. Él se podía permitir esa sed de destrucción, tanto ajena como propia. Hay gente que no entiende correctamente la destrucción y el caos. Esa es la gente que nunca pudo crear nada. Si cualquier persona con inteligencia media sabe del clásico ciclo creación – destrucción, hacer – romper, tomar – vomitar, es todo lo mismo, aceptémoslo. Alegría con frustración, violencia, depresión, pero no falta de amor. Todo un asombroso y colorido caldo de sensaciones y pasiones fluctuantes. Pero con muchos ingredientes, los máximos posibles. No da para que se omitan muchas especias, sino queda todo medio aburrido. Lo que uno tiene que hacer, así como hizo él, es hacer la lista de ingredientes antes, hacer una lista propia, no tomarla desde ningún libro. Lo roto, lo sucio, lo depresivo, importa, hace la diferencia, da otro gusto. Melancolia, nostalgia, llanto y estados de disociación. Todo esto rima con amor, alegría, éxtasis, absoluta comprensión.

No hay comentarios.: